La Chiti no la libró

Normalmente este blog es para copiar documentos de referencia que sirven de sustento a los comentarios y afirmaciones que se hacen en Ahuramazdah, el blog sin dogmas.

Pero hoy quiero hacer aquí una especie de catarsis por la muerte de mi querida gatita Chiti. Voy a narrar los eventos que desencadenaron su muerte, desde la perspectiva de mi experiencia y después hacer una deducción de otra causa que permanecía oculta.

El pasado domingo 26 de junio de 2011, a eso de las 4:00 h la Chiti «pidió» salir de la casa, cosa que habitualmente hace para acceder al jardin de enfrente de la casa, pero no a esa hora. Mi esposa se levantó al oir su típico maullido de petición, de mala gana le abrió la puerta y de inmediato regresó a la cama.

Estimo que no habían pasado ni 10 minutos cuando se oyeron ladridos y aullidos de perros frente a la casa. Como no tenemos reja, los aullidos parecían provenir de la sala. Mi esposa se volvió a levantar para ver que pasaba; yo me imaginé que esos aullidos y ladridos se deberían a las intenciones de preservar la especie de un hato de canes con mucha enjundia madrugadora, pero mi esposa imaginó que era nuestra gatita.

Me levanté de inmediato al oir que mi amada me gritaba diciéndome que unos perros estaban atacando a la Chiti. Corrí descalzo y me encontré con que, en efecto, una cuarteta de canes callejeros estaban atacando a la Chiti frente a la ventana de la sala y al menos uno de ellos ya la traía en su hocico. Corrí hacia ellos y los retiré como pude para rescatar a la pobre gata.

La escena me pareció de lo más dantesca pues el perro que la sostenía lo hacía desde la zona del rabo y el bajo vientre de la gata, y la agitaba con fuerza mientras los demás intentaban morderla con salvaje frenesí. Y ella ya casi no se defendía.

La metimos a la casa y la revisamos, pero estaba muy alterada. Notamos mordidas en sus cuartos traseros y en su rabo, así como en la zona del bajo vientre. Lavamos sus heridas y tratamos de desinfectarlas con agua oxigenada. Sus ojos tenían la pupila extrañamente dilatada, por lo que el tradicional azul de su iris parecía subsituído por el color negro. Jadeaba como si aún estuviese siendo perseguida y tardó al menos una hora en recuperar su respiración habitual.

La revisé para determinar si tenía huesos rotos u otras heridas no visibles, pero al paracer no era así. La arropamos con una toalla y la dejamos descansar en su sitio habitual (en nuestra cama, justo entre mis piernas).  Lo poco de noche que quedaba la pasó muy inquieta, quejándose con gruñidos y cambiando constantemente de posición. Finalmente en la mañana optó por esconderse en el closet. Ahí pasó el resto del día y de la noche y sólo se levantó para comer y defecar, aunque antes de anochecer la limpiamos de nuevo con agua oxigenada. Revisé con atención sus heces y no presentaban sanguinolencia, por lo que descarté que tuviese heridas internas graves.

El lunes temprano la vimos muy decaída y ya despedía un olor muy desagradable. Sus heridas se veían con sangre y algo de pus, así que la llevamos al veterinario hacia el medio día. Nos pidió que la dejásemos unas horas para que la revisara bien y ponerle algo de anestesia para rasurarle la zona afectada. Nos la entregó a eso de las 19:30 pero el diagnóstico no fue optimista. Había encontrado una infección generalizada y abcesos de pus en sus muslos y vientre. Nos preguntó que si realmente había transcurrido unas 32 horas desde el  ataque hasta que se la llevamos, pues los abcesos parecían tener más tiempo por lo avanzado de la infección. Le confirmamos que, en efecto, había transcurrido ese tiempo. La conclusión del veterinario fué que quizás unos días antes ya habría sido mordida en esa zona de su cuerpo pues la infección estaba bastante avanzada y descuidada. Por esta razón le puso una dosis importante de antibióticos y antiinflamatorios via intramuscular.

Mi conclusión es que lo más seguro es que ya hubiese sido atacada previo al domingo pero que no nos dimos cuenta. No se quejó ni mostró hemorragias, pero quizás su habitual resistencia le hubiese jugado una mala pasada al no advertirnos de sus heridas previas.

Finalmente la trajimos a casa y la cuidamos lo mejor que pudimos, pero no despertó jamás de la anestesia. Anoche la dejamos descansar en su transportadora y sólo la revisamos antes de dormirnos. Hoy martes en la mañana la revisé y mi primera impresión fue que ya no respiraba y que estaba fría; deduje que había muerto durante la noche. Mi hija la revisó llorando y notó que aún respiraba, lo cual nos alegró mucho. A partir de ese momento le prodigamos calor, y le administramos con un gotero una especie de suero hecho de agua con polvo de Gatorade y azúcar por sugerencia del veterinario, para reponer líquidos y electrolitos.

Pero fue inútil. Hoy alrededor de las 14:00h dejó de respirar. Peleó por su vida como una valiente. Recuerdo aún que lo que oí la madrugada del domingo no eran maullidos de gato sino chillidos y ladridos de perro: seguramente antes de ser pillada por el rabo les dejó algunas marcas en sus narices y hocicos.

La causa de la muerte de la Chiti fue haber estado en el momento equivocado, en el lugar equivocado, por lo que fue víctima del ataque de los perros callejeros, del que la salvé de morir destazada. La causa oculta fue otro ataque, del que no nos enteramos, excepto el veterinario que trató de salvar su vida. Los perros que la mordieron han regresado desde el domingo y eso me da mala espina. Quizás sus visitas hayan comenzado antes, de ahí la infección avanzada. Una mordida mal cuidada pudo haber matado a la Chiti.

No juzgo el instinto de los canes. En jauría así se comportan, uno ataca por el frente pero otros esperan a que la presa les de la espalda para atacarla desde ahí. Lo que es indignante es que aún haya perros callejeros, abandonados a su suerte por gente inconsciente del daño que causan. Hoy fue la Chiti quien pertió la batalla, pero pudo haber sido un niño la víctima del ataque.

El corolario de esta muy triste pérdida es que uno debe cuidar de sus mascotas, uno es responsable de ellas y de sus actos, aún después de semanas o meses de haber sido abandonados a su suerte en las calles de las ciudades.

Imagen de entrada, la última foto que le tomé a la Chiti, hace cosa de un mes.

Imagen de salida, la mejor foto que le tomé a la Chiti. Vean sus impactantes ojos azules.

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About keithcoors_00

Yo soy yo. Creo que no hay otro. Crítico social. Terrícola por nacimiento y convicción (ésta última la más importante). Mexicano por accidente pero orgulloso de serlo. Escéptico, agnóstico, científico, cáustico, irónico, sarcástico, estocástico y otros calificativos esdrújulos Apariencia aparentemente engañosa, pero consistente. Promotor de proyectos de energía renovable.

7 responses to “La Chiti no la libró”

  1. cOyO Muñoz says :

    Amigos queridos, nosotros que amamos tanto a los animales sabemos el terrible dolor por el que estan pasando. Sabemos que la «Chiti» valoró todo lo que por ella hicieron y estará felíz de haber ocupado un lugar tan importante en sus vidas..

    Desde aqui les enviamos todo nuestro cariño y el deseo de que pronto el recuerdo de tan importante miembro de la familia no vaya acompañado de tristeza y lágrimas, sino de una enorme sonrisa por los momentos de alegría que ella les prodigó.

    cOyO y familia.

  2. keithcoors_00 says :

    Muchas gracias por tu comentario Coyo.
    Estamos tratando de llevarla tranquilos y aceptando que las mascotas por lo general viven menos tiempo que sus dueños.

    Un abrazo con mucho cariño

    Pablo (KC)

  3. Diana Gamborino says :

    Descanse en paz la Chiti. Los acompaño con su dolor.

    • keithcoors_00 says :

      Gracias mi Dianukis.

      Pues sí, duele ver sufrir a nuestras mascotas. Pero es parte de la vida.

      Te quiero mucho hija, cuídate mucho

  4. GABY says :

    PABLO ME DUELE EN VERDAD LO SUCEDIDO,YO LA CONOCI Y VIVI GRATOS MOMENTOS CON LA CHITI, UNA GATITA EXTRAORDINARIA, Y CREO QUE ESTARA EN UN LUGAR GRATO DONDE ESTARA EN PAZ.

  5. Virginia says :

    Se como duele perder nuestras mascotas . Animo familia , les queda los mejores recuerdos en sus corazones.
    Un abrazo
    Virginia .

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